EL SUICIDA COTILLA
Estoy al borde del precipicio... Ahora que me fijo, qué vistas más bonitas, qué luz, y ese amarillo de las margaritas... y ese verde de los naranjos. Pues como te iba diciendo, estoy al borde del precipicio, nada tiene sentido para mí. Sé que esta es la única solución... Vaya, desde aquí se ve todo el pueblo... ¿A santo de qué están sacando otra vez al santo? En fin, como iba pensando en el precipicio del borde estoy. Este precipicio desde el que veo la piscina del Marqués... ¡piscina cubierta! Las cosas no cambian, los pobres pobres toda la vida, los ricos ricos toda la vida. O por lo menos sacando la barriga. Ect.
El suicida cotilla regresó a casa a las ocho, una vez que hubo anochecido y ya no captaba los detalles. Igual de deprimido, nadie pudo decirle que en realidad había disfrutado de las vistas.
jueves, 9 de abril de 2009
domingo, 30 de marzo de 2008
Cultura de folleto
el futuro
no es una página en blanco
es una fe
de erratas
Es de Mario Benedetti, o eso es lo que pone en este calendario
no es una página en blanco
es una fe
de erratas
Es de Mario Benedetti, o eso es lo que pone en este calendario
viernes, 8 de junio de 2007
SEGUNDA VERSIÓN
Todo lo que cuento a continuación ni es realidad ni es ficción. Es futuro.
Ella andará con paso rápido en pos de su sueño, y que conste que hablo en sentido literal. Una noche soñará con el amor de su vida esperándole en la esquina de una plaza de la ciudad, por lo que estará imaginando una semana qué ponerse, qué hacer, cómo comportarse… ¿me llevo al perro? Pensará…. Podría ser una buena excusa para empezar una conversación. Él sin embargo soñará con la misma esquina pero, una vez allí aquel toldo rayado… él diría que en su sueño lo tenía de frente y no a la espalda… decidirá irse al otro extremo. Estarán unas horas esperando y se irán a casa, pensando que son estúpidos.
Todo lo que cuento a continuación ni es realidad ni es ficción. Es futuro.
Ella andará con paso rápido en pos de su sueño, y que conste que hablo en sentido literal. Una noche soñará con el amor de su vida esperándole en la esquina de una plaza de la ciudad, por lo que estará imaginando una semana qué ponerse, qué hacer, cómo comportarse… ¿me llevo al perro? Pensará…. Podría ser una buena excusa para empezar una conversación. Él sin embargo soñará con la misma esquina pero, una vez allí aquel toldo rayado… él diría que en su sueño lo tenía de frente y no a la espalda… decidirá irse al otro extremo. Estarán unas horas esperando y se irán a casa, pensando que son estúpidos.
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